Existen diversas promesas hechas por Dios Todopoderoso en las Sagradas Escrituras, algunas son condicionales; lo que quiere decir que si tenemos fe en el Padre, las recibiremos, mientras que otros son incondicionales. Es por eso que hoy traemos una recopilación de versículos bíblicos sobre las promesas de Dios para que fortalezcas tu fe en gran medida y cumplas los estatutos del Padre.
10 versículos bíblicos sobre las promesas de Dios.
Si deseas conocer todo aquello que el Padre nos ha prometido, debes leer el siguiente apartado. Es importante que sepas que las promesas de Dios son más de 3000, por lo que aquí abarcaremos algunas de las más sobresalientes.
1. Filipenses 4: 6-7
Estas sabias palabras, fueron escritas por el fiel apóstol de nuestro Señor Jesús, Pablo. El mensaje principal que nos deja, es que si entregamos nuestras preocupaciones al Creador, encontraremos la paz tan anhelada. Esa paz que solo puede provenir por obra y gracia del Espíritu Santo.
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.”
2. Salmo 1:1-3
Las personas que están influenciadas por las fuerzas del mal, siempre buscarán perjudicarnos a nosotros también. Por eso debemos alejarnos y seguir el camino de rectitud del Padre Santo, porque solo los buenos podrán conocer las maravillas prometidas por Dios.
“Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones, sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche. Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen.”
3. Salmo 31:23-24
Las promesas tan maravillosas que el Padre nos ha hecho, solo podrán ser alcanzadas por los fieles que confían ciegamente en su voluntad. Por eso es tan importante tener fe y no rendirse por las adversidades de la vida, porque estas son pruebas que debemos enfrentar con la ayuda de Dios.
¡Amen al Señor todos los justos! Pues el Señor protege a los que le son leales, pero castiga severamente a los arrogantes. Así que, ¡sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el Señor!
4. Juan 4: 13-14
El agua ofrecida en este versículo bíblico por Jesús, se trata de agua espiritual; así como nosotros no podemos sobrevivir sin tomar agua, sin Jesús, nada tiene sentido. Solo Él, puede suplir nuestras necesidades espirituales, por eso debemos acercarnos a su presencia divina.
“Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.”
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5. Romanos 10:8b-10
Si quieres conocer las maravillas del Paraíso prometido por Dios, tienes que reconocer a su Hijo Amado como salvador. La palabra del Padre Celestial es muy clara, solo aquellos que lleven a Jesús en sus corazones, alcanzarán la vida eterna; aquellos que reconozcan que solo Él, es el camino a la salvación y se arrepientan de sus pecados.
«El mensaje está muy al alcance de la mano, está en tus labios y en tu corazón».
Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la fe: Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres hecho justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo.
6. Corintios 9:7-8
Existen personas que pretenden ser del agrado del Señor pero sus corazones no son puros, ni sus sentimientos reales. Es por eso, que este versículo nos enseña que si queremos que Dios nos ame, debemos entregar lo mejor de nosotros mismos. ¿Cómo lo hacemos? a través de las buenas acciones con el prójimo, la oración y el arrepentimiento de nuestros pecados.
“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.”
7. Apocalipsis 21:3-4
En el Paraíso que Dios nos ha prometido, la vida será muy diferente a la que estamos acostumbrados, aquí no existirá hambre, muerte ni tormentos. Aquí, moraremos con el Creador por toda la eternidad pero para alcanzar este mundo soñado, debemos apegarnos a su Santa Voluntad. Es importante ser bueno en la tierra para ser recompensados gratamente en el cielo.
“Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: « ¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más».”
8. Juan 3: 36
Todo aquel que cree fielmente en las palabras de nuestro Señor Jesucristo, tendrá vida eterna, así como el que sigue la Voluntad del Padre. Jesús, fue enviado a la tierra para transmitirnos un mensaje divino, para salvar nuestras vidas y borrar el pecado del mundo. Fue un gran maestro espiritual, así que quienes no crean en sus palabras y sean orgullosos, no serán salvos.
“Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida eterna. Los que no obedecen al Hijo nunca tendrán vida eterna, sino que permanecen bajo la ira del juicio de Dios.”
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9. Juan 1:9
Todos los seres humanos, podemos caer en tentación y cometer pecado, pero el Padre Celestial nos da la oportunidad de redimirnos. Si nos arrepentimos de todo corazón y con mucha humildad, seremos perdonados.
“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.”
10. Salmo 27:10
Que mejor promesa que esta, en donde podemos confiar plenamente en que el Padre nos acogerá a pesar de las dificultades de la vida. Independientemente de las razones que los padres hayan tenido para abandonar a sus hijos, el Señor siempre brindará su apoyo y consuelo a quienes les necesiten.
“Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.”