En esos momentos en que las cosas parecen ir tan mal y los nervios nos traicionan, es necesario buscar paz y serenidad en las Sagradas Escrituras. Ya que, en el libro de los Salmos, vamos a poder identificarnos con aquellos salmistas que por medio de la oración, salieron victoriosos de toda adversidad, porque siempre confiaron en la ayuda y protección de Dios.
Los mejores Salmos para mantener la calma y enfrentar las adversidades
Si lo que más anhelas es encontrar consuelo y calmar los nervios que tanto te agobian, te recomendamos la lectura de estos hermosos Salmos. Recuerda que, si colocas todos tus problemas en las manos del Padre Todopoderoso, siempre obtendrás alivio y la ayuda no tardará en venir a tu encuentro.
1. Salmos 3
Esta lectura, es ideal para esas situaciones en donde no parece haber salida. Especialmente, cuando las deudas nos aquejan y los enemigos quieren vernos abatidos. Al leer estas bellas palabras plasmadas por el rey David, hallarás los ánimos necesarios y tu confianza y esperanza en el Señor, se verán engrandecidas.
Oh Señor, tengo tantos enemigos;
son muchos los que están en mi contra.
Son tantos los que dicen:
« ¡Dios no lo rescatará!».Pero tú, oh Señor, eres un escudo que me rodea;
eres mi gloria, el que sostiene mi cabeza en alto.
Clamé al Señor,
y él me respondió desde su monte santo.Me acosté y dormí,
pero me desperté a salvo,
porque el Señor me cuidaba.No tengo miedo a los diez mil enemigos
Que me rodean por todas partes.
¡Levántate, oh Señor!
¡Rescátame, Dios mío!
¡Abofetea a todos mis enemigos!
¡Destroza los dientes de los malvados!
La victoria proviene de ti, oh Señor;
bendice a tu pueblo.Amén.
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2. Salmos 40: 1-8
La más valiosa reflexión que nos deja este hermoso Salmo, es la virtud de la paciencia en nuestro Dios Misericordioso. Especialmente, en esos momentos que nos hacen sentir nerviosos y ansiosos respecto a lo que pueda acontecer. Si dejamos en manos del Señor nuestros tormentos y confiamos, la ayuda nos será concedida, como le sucedió al salmista que escribió tan hermosos versos.
Con paciencia esperé que el Señor me ayudara,
y él se fijó en mí y oyó mi clamor.
Me sacó del foso de desesperación,
del lodo y del fango.
Puso mis pies sobre suelo firme
y a medida que yo caminaba, me estabilizó.
Me dio un canto nuevo para entonar,
un himno de alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán lo que él hizo y quedarán asombrados;
pondrán su confianza en el Señor.Ah, qué alegría para los que confían en el Señor,
los que no confían en los orgullosos
ni en aquellos que rinden culto a ídolos.
Oh Señor mi Dios, has realizado muchas maravillas a nuestro favor.
Son tantos tus planes para nosotros que resulta imposible enumerarlos.
No hay nadie como tú.
Si tratara de mencionar todas tus obras maravillosas,
no terminaría jamás.No te deleitas en los sacrificios ni en las ofrendas.
Ahora que me hiciste escuchar, finalmente comprendo:tú no exiges ofrendas quemadas ni ofrendas por el pecado.
Entonces dije: «Aquí estoy.
Como está escrito acerca de mí en las Escrituras:
me complace hacer tu voluntad, Dios mío,
pues tus enseñanzas están escritas en mi corazón».Amén.
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3. Salmos 34: 4-7
El propósito principal de este Salmo, es dar a conocer los favores concedidos por el Señor en esos momentos de adversidad y angustia. Ya que si oramos y buscamos a Dios, todos nuestros pesares aquí en la tierra disminuirán en gran medida y conoceremos la gracia divida de nuestro Creador. Así que es importante no perder la esperanza y siempre tener temor del Padre Amado.
Oré al Señor, y él me respondió;
me libró de todos mis temores.
Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría;
ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.
En mi desesperación oré, y el Señor me escuchó;
me salvó de todas mis dificultades.
Pues el ángel del Señor es un guardián;
rodea y defiende a todos los que le temen.Amén.