Si estás atravesando un momento de tristeza profunda y no encuentras consuelo en nada ni en nadie, no te desanimes. Para todos los problemas existe una solución, y para el Padre Celestial nada es imposible. Por este motivo, hoy traemos los mejores salmos para combatir la depresión que te permitirán recobrar la fe y la esperanza.
5 Bellos Salmos que te ayudarán a combatir la depresión
En esas situaciones tan complejas de la vida en donde no parece haber una luz al final del camino, es cuando más debemos recurrir a la palabra del Señor. Ya que, en las Sagradas Escrituras pueden verse reflejadas palabras de aliento de la mano de salmistas que también pasaron por momentos tristes y lograron superar la adversidad.
1. Salmos 27: 1-9
Al igual que nosotros, el Rey David también pasó por duros momentos en su vida de agonía y aflicción. Pero siempre tuvo su confianza puesta en las manos del Creador y entrego su vida fervientemente a Él. Por ese motivo, en estas palabras David expresa fielmente su amor incondicional y solicita la ayuda que tanto necesita, porque está consciente de que no le será negada.
El Señor es mi luz y mi salvación,
entonces ¿por qué habría de temer?
El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro,
entonces ¿por qué habría de temblar?
Cuando los malvados vengan a devorarme,
cuando mis enemigos y adversarios me ataquen,
tropezarán y caerán.
Aunque un ejército poderoso me rodee,
mi corazón no temerá.
Aunque me ataquen,
permaneceré confiado.Lo único que le pido al Señor
—lo que más anhelo—
es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida,Deleitándome en la perfección del Señor
y meditando dentro de su templo.
Pues él me ocultará allí cuando vengan dificultades;
me esconderá en su santuario.
Me pondrá en una roca alta donde nadie me alcanzará.
Entonces mantendré mi cabeza en alto,
por encima de los enemigos que me rodean.
En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de alegría,
y con música cantaré y alabaré al Señor.Escúchame cuando oro, oh Señor;
¡ten misericordia y respóndeme!
Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo».
Y mi corazón responde: «Aquí vengo, Señor».
No me des la espalda;
no rechaces a tu siervo con enojo.
Tú siempre has sido mi ayudador.
No me dejes ahora; no me abandones,
¡oh Dios de mi salvación!Amén.
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2. Salmos 34: 15-22
Este hermoso Salmo también fue elaborado por el Rey David y nos enseña que a pesar de las adversidades, siempre debemos alabar al Padre. Además, en estas palabras podrás encontrar un impulso que te anime a seguir adelante porque Dios te concederá la ayuda solicitada. Si David pudo superar las luchas que se le presentaron en el camino bajo la guía del Señor, tú también puedes hacerlo.
Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno;
sus oídos están abiertos a sus gritos de auxilio.
Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo;
borrará todo recuerdo de ellos de la faz de la tierra.
El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda;
los rescata de todas sus dificultades.
El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón;
él rescata a los de espíritu destrozado.La persona íntegra enfrenta muchas dificultades,
pero el Señor llega al rescate en cada ocasión.
Pues el Señor protege los huesos de los justos;
¡ni uno solo es quebrado!Sin duda, la calamidad destruirá a los perversos,
y los que odian a los justos serán castigados.
Pero el Señor redimirá a los que le sirven;
ninguno que se refugie en él será condenado.Amén.
3. Salmos 46: 1-7
La reflexión más valiosa que nos deja el siguiente Salmo, es que nunca debemos perder la esperanza en el Señor. Porque solo Él nos concederá la fortaleza necesaria para salir de cualquier situación compleja. Solo a Él debemos entregar nuestras cargas más pesadas porque con su Poder y su Misericordia nos hará ser libres.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza;
siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.
Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos
y las montañas se derrumben en el mar.
¡Que rujan los océanos y hagan espuma!
¡Que tiemblen las montañas mientras suben las aguas!Un río trae gozo a la ciudad de nuestro Dios,
el hogar sagrado del Altísimo.
Dios habita en esa ciudad; no puede ser destruida.
En cuanto despunte el día, Dios la protegerá.
¡Las naciones se encuentran en un caos,
y sus reinos se desmoronan!
¡La voz de Dios truena,y la tierra se derrite!
El Señor de los Ejércitos Celestiales está entre nosotros;
el Dios de Israel es nuestra fortaleza.Amén.
4. Salmos 43
Si te encuentras bastante triste, te recomendamos la lectura de este Salmo en específico. Dado que, aquí pueden observarse palabras de triunfo que te ayudarán a animar tu corazón. Por medio de los versos plasmados en la Biblia, encontrarás gran consuelo en momentos de desesperación y frustración, porque son sanadores y demuestran la fe puesta en el nombre del Señor.
¡Declárame inocente, oh Dios!
Defiéndeme contra esta gente que vive sin ti;
rescátame de estos mentirosos injustos.
Pues tú eres Dios, mi único refugio seguro.¿Por qué me hiciste a un lado?
¿Por qué tengo que andar angustiado,
oprimido por mis enemigos?
Envía tu luz y tu verdad,
que ellas me guíen.
Que me lleven a tu monte santo,
al lugar donde vives.
Allí iré al altar de Dios,
a Dios mismo, la fuente de toda mi alegría.
Te alabaré con mi arpa,
¡oh Dios, mi Dios!¿Por qué estoy desanimado?
¿Por qué está tan triste mi corazón?
¡Pondré mi esperanza en Dios!
Nuevamente lo alabaré,
¡mi Salvador y mi Dios!Amén.
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5. Salmos 126
El mensaje más importante en todas estas bellas palabras, es que siempre debemos apegarnos a la Voluntad del Santo Padre. Porque solo Dios puede devolvernos la alegría y el bienestar si seguimos sus mandamientos y los propósitos que tiene designados para nosotros.
Cuando el Señor trajo a los desterrados de regreso a Jerusalén,
Fue como un sueño!
Nos llenamos de risa
y cantamos de alegría.
Y las otras naciones dijeron:
«Cuántas maravillas ha hecho el Señor por ellos».¡Así es, el Señor ha hecho maravillas por nosotros!
¡Qué alegría!Restaura nuestro bienestar, Señor,
como los arroyos renuevan el desierto.
Los que siembran con lágrimas
cosecharán con gritos de alegría.
Lloran al ir sembrando sus semillas,
pero regresan cantando cuando traen la cosecha.Amén.